AMOR CORRAMOS TRAS LA LLUVIA.
Corramos
tras la lluvia
Una niña había pasado todo el día de compras con su mamá.
Cuando se disponían a abandonar el almacén, llovía a cántaros. Todos nos
quedamos frente a la puerta, resguardados de la lluvia. Esperábamos, algunos
con paciencia y otros irritados por que la naturaleza estropeado su prisa
rutinaria.
La voz de esta chiquita era muy dulce, y rompió mi trance
hipnótico con esta inocente frase: -“Mamá, corramos a través de la lluvia”. –“¿Qué?”
–dijo su mamá- -“Sí mamá… Corramos a través de la lluvia”. – “No mi amor…
Esperemos a que baje la lluvia”. -contestó la mamá pacientemente- La niña
esperó otro minuto, y repitió: -“Mamá, corramos a través de la lluvia”. Y la
mamá le dijo: -“Pero si lo hacemos, nos empaparemos…” – “¡No, mamá, no nos
mojaremos. Eso no fue lo que le dijiste esta mañana a papá!” –Tal fue la
respuesta de la niña, mientras jalaba el brazo de su madre- -“¿Esta mañana?
¿Cuándo dije que podemos correr a través de la lluvia, y no mojarnos? –“¿ya lo
recuerdas?, cuando hablabas con papá acerca de su cáncer, le dijiste que si
Dios nos hace pasar a través de esto, puede hacernos pasar a través de
cualquier cosa “. La mamá se detuvo a pensar por un momento acerca de lo que
debería responder. Este era un momento crucial en la vida de esta joven
criatura, un momento en el que la inocencia y la confianza podrían ser
motivadas, de manera que algún día florecieran en un inquebrantable fe…
-“Amor tienes toda la razón. Corramos a través de la
lluvia. Y si Dios permite que nos empapemos, puede ser que El sepa que
necesitamos una lavadita”.
Y salieron corriendo… Todos nos quedamos viéndolas,
riéndonos mientras corrían por el estacionamiento, pisando todos los charcos.
Por supuesto que se empaparon, pero no fueron las únicas…Las siguieron unos
cuantos que reían como niños mientras corrían hacia sus carros. Sí es cierto,
yo también corrí. Y sí también me empapé… seguro Dios pensó que necesitaba una
lavadita.
Las circunstancias o las personas pueden quitarnos
nuestras posesiones materiales, pueden llevarse nuestro dinero, y pueden
llevarse nuestra salud. Pero nada ni nadie puede quitarnos nuestras más
valiosas posesiones: LOS RECUERDOS.
Así que no olvides tomarte el tiempo y la oportunidad de
llenarte de recuerdos cada día. Es por eso que te escribo esto para recordarte
precisamente eso: ¡Cada memoria es un ladrillo que construye tu vida!.Espero
que, de vez en cuando, te tomes tu tiempo para correr a través de la lluvia
¡Tómate tu tiempo para vivir!
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